lunes, 28 de marzo de 2016

En un lugar de La Mancha, día 5 (fin de viaje)

28/III/2016

Hoy nos hemos levantado sin prisas, hemos desayunado en el buffet del hotel y nos hemos ido a lavar las bicicletas.

Más tarde nos hemos dirigido a la estación de tren de Almagro donde hemos tomado el tren de media distancia con destino Alcázar de San Juan.

Como en todos los viajes en este tipo de tren, no hemos podido dejar las bicis en el lugar habilitado para ello. Las ruedas no entran en el soporte que hay para dejar fijada la bicicleta; así que ya estando un poco hasta las narices decido poner una denuncia 2.0. Obtengo varios retweets y al menos consigo que los de @Renfe den la cara y contenten.


No servirá para nada.

Una vez en Alcázar, tenemos poco tiempo para nada. Vemos que el coche de Jose sigue en su sitio y sin ningún percance. Comemos un poco para reponer fuerzas y nos despedimos de los personajes que nos han ido acompañando a lo largo de estos días.


Si algo hemos conseguido es que Jose tenga interés por leerse El Quijote.
La ruta no la hemos podido completar por los problemas en la rodilla de Jose, pero ha sido un buen paseo de unos 230 kilómetros más o menos.

Igual puede parecer que no me ha gustado el viaje, pero no es así. Todo lo contrario. Me ha encantado esta nueva experiencia de viaje aunque igual ya hay pocas cosas que me impresionen (visualmente hablando) y pueda dar la sensación de que me he quedado con un mal sabor de boca.

No ha sido así.
🙆🏻

En un lugar de La Mancha, día 4

27/III/2016

Ufff, que sueño. Con esto de tener una habitación individual y que hemos tenido una hora menos para descansar me he vuelto a levantar tarde. Habíamos quedado a las 8:30 para bajar a desayunar, Jose ya se ha pasado a buscarme y yo aún sigo en la cama. Bajaré a desayunar unos minutos más tarde.

Mientras me acicalo, levanto la persiana y veo que todo está mojado. Ha llovido y justo hoy vamos a Las Tablas de Daimiel, espero que los caminos no estén muy embarrados.

Sobre las 9:30 nos ponemos en marcha y comenzamos el paseo hacia el parque nacional; es corto y cómodo por lo tanto nos servirá para comprobar el estado de la rodilla de Jose.

Encontramos los paisajes que hemos visto estos días, repletos de viñedos aunque de vez en cuando conseguimos sacar fotos con algo más de variedad de colores.


Después de 17 kilómetros llegamos a Las Tablas.

Un humedal más. Yo no tengo idea de fauna y flora, seguro que es un humedal muy importante (siempre lo he escuchado) pero a mi no me llama demasiado la atención. La laguna del Hondo de Crevillente, no tiene nada que enividiar a este parque incluso me parece mucho mas grande, aunque igual no hay ruinas y excavaciones de civilizaciones antiguas en sus alrededores.

Esto son Las Tablas de Daimiel:

(Molino de Molemocho, Las Tablas de Daimiel)



Esto es el Hondo de Crevillente, parque natural:



Una vez visitamos la zona, Jose confirma los malos presagios. No puede continuar pedaleando la distancia que nos queda hasta Puerto Lápice. Pasamos un buen rato decidiendo cual sería la mejor opción. ¿Se vuelve a Daimiel y yo continúo la marcha?

Esto es cosa de dos, también, así que nos la jugamos.

Deshacemos el camino que hemos hecho esta mañana y tomamos un tren dirección Almagro. Hoy (27 de Marzo) es el día mundial del teatro así que no encontramos mejor lugar para pasar el día.


No podemos sacar entradas por internet para acudir a los entremeses de Cervantes vs Quevedo que se van a representar en el Corral de Comedias más famoso del mundo. Tenemos suerte. Llegamos a Almagro, hace un sol estupendo y no tenemos problemas para comprar las entradas en taquilla.

Después de muchas risas y bromas, llegamos al hotel. Nos acicalamos con nuestras mejores galas que llevamos en las alforjas y salimos en dirección del Corral de Comedias.


Una hora después salimos satisfechos del espectáculo y nos vamos a tomar las que serán las penúltimas cervezas de este viaje.


sábado, 26 de marzo de 2016

En un lugar de La Mancha, día 3

26/III/2016

Menos mal que mi sentido arácnido no me abandona en vacaciones, he abierto los ojos a las 7:13; anoche me dormí después de escribir el cuaderno de bitácora y se me pasó poner el despertador.

Sin ningún percance nos levantamos y nos vamos a uno de los bares de Ruidera para desayunar y después comenzamos la marcha pocos minutos más tarde de las 9:00.


Nada más salir tenemos una subida que nos hará circular un tiempo a algo más de 300 metros de altura de lo que hemos hecho en todo el recorrido. Entre 650 y 950 metros.



Toda esta zona me gusta mucho; sin duda desde que llegamos el día anterior a Argamasilla de Alba hasta lo que llevamos recorrido es de lo mejor que nos hemos encontrado; bonitos y vivos colores. El azul del cielo y el verde del campo es espectacular y las sombras que reflejan las nubes hacen que el paisaje te enganche y no quieras dejar la zona de El Campo de Montiel. Tiene zonas en las que se parece a Bogarra (Albacete), si miramos el mapa vemos que está relativamente cerca; poco más de 100 kilómetros.



Llegamos al pequeño pueblo de El Lobillo (18 km), son poco más de 4 casas mal contadas, pero aún así tiene su encanto. Nos sentamos en los bancos de la plaza del pueblo y repusimos fuerzas.

Poco después de la salida de El Lobillo el paisaje vuelve a cambiar y poco a poco se parece a la zona aburrida que rodeaba Tomelloso.

25 kilómetros más tarde llegamos a La Solana; que es donde deberíamos haber dormido la noche anterior si hubiéramos cumplido nuestro horario. Paramos a descansar unos 30 minutos, Jose tiene problemas en las rodillas desde el día anterior y parece que se le va complicando la situación.

La Solana tiene una bonita plaza con una iglesia imponente. Llama mucho la atención y apetece volver a detenerse a tomar una cerveza.

La salida de La Solana confirma los presagios. Jose empeora, tiene muchas molestias y vuelven los aburridos paisajes de viñas, cepas, basura en los huertos y los pozos clandestinos.



Es una pena, pero podría tener decenas y decenas de fotos como estas.

Recorrimos los últimos 19 km hasta llegar a Manzanares hablando de como solucionar la situación de la rodilla de Jose. Finalmente hemos decidido alterar la ruta. Viendo que el paisaje entre Manzanares-Almagro-Daimiel es más de lo mismo hemos cogido un tren en Manzanares que nos ha traído a Daimiel; antes de eso hemos visitado el pueblo y nos hemos metido un homenaje en un bar en la plaza de las palomas; que es de lo que se trata.


Ya descansamos en el hostal Las Brujas de Daimiel, cada uno en una habitación individual, no hemos encontrado otra cosa. Esto de alterar los planes nos ha descuadrado las cuentas.

Mañana veremos como tiene la rodilla, queremos ver Las Tablas de Daimiel; después decidiremos que hacemos.

Vamos viendo el fin de la aventura, Alcázar de San Juan se encuentra a escasos 77 kilómetros y tenemos un día y medio para recorrerlos. El problema es que no sabemos si lo conseguiremos juntos.


Ruta en bici - wikiloc

En un lugar de La Mancha, día 2

25/III/2016

7:00 se escucha el despertador de Jose. No se levanta.

7:07, se escucha mi despertador. Joder que horas de despertarse. Abro los ojos y reacciono, son las 8:30 de la mañana. ¡Hace 30 minutos que deberíamos haber iniciado la ruta y aún estamos en la cama!. Al menos yo no estaba excesivamente cansado después de realizar el recorrido del día anterior pero se estaba tan a gustito tapado con 2 mantas que cualquiera se levanta de la cama a las siete de la mañana.

Comenzamos el día con un traspiés que nos hará replantearnos la organización de lo que queda de viaje.

Comemos unas cuantas galletas de chocolate, bebemos unos zumos, ordenamos las alforjas y salimos a por la etapa de hoy. Ya sabemos que con este horario de salida, casi las 10 de la mañana, va a ser complicado conseguir nuestro propósito de llegar a La Solana después de 84 kilómetros as'i que comenzamos a pensar en alternativas y en como solventar las consecuencias que provoque el cambio de planes.

El primer paso, asumir que no podemos llegar a La Solana. Hecho.
Segundo paso, saber que nos tenemos que quedar en Ruidera, a 41 km de la salida (aunque finalmente hemos recorrido 47 kilómetros) y sobre todo que dejamos de recorrer 43 km que va a ser complicado recuperar.

¿Tan complicado es recuperar ese tiempo perdido esta mañana?, sí. Aunque no es una etapa de montaña, ni mucho menos, el recorrido es algo más complicado que el día anterior y se complica algo más en la parte final. Así que no podemos arriesgarnos a no disfrutar del la ruta por conseguir realizar los kilómetros que tenemos marcados en papel.

Mientras recorremos las calles de Tomelloso nos llama la atención que lo que vimos ayer se vuelve a repetir. Toda la zona que está a la espalda del campo de fútbol del Atlético Tomelloso está repleta de los restos de botellones de la noche de ayer. Sin duda lo que predomina aquí es la litrona.

El camino a Argamasilla es corto, solamente 7 kilómetros pero este tramo ha sido el peor de lo que llevamos de viaje. Un viento de costado/frontal que nos dificulta mucho el avanzar por un vertedero en mayúsculas. Sin palabras, unos cerdos y las autoridades unos mierdas por consentirlo. Demasiado esfuerzo para nula recompensa. El día punta regular por lo que estamos viendo en las primeras horas.

Llegamos a Argamasilla de Alba; es viernes Santo y no hay mucho movimiento en las calles y son cerca de las once de la mañana.


Damos un paseo por las calles del pueblo, vemos sus monumentos y entramos a un bar. Ya tenemos asumido que va a ser un día de pocos kilómetros así' que ¿dónde podemos estar mejor que en un bar?

Mientras hacemos uso de una tentadora oferta de desayuno (tubo de cerveza, montado, café y chupito) escuchamos fragmentos de la conversación que mantienen cuatro viejos (igual no es esa la mejor palabra que los describe; son gente que seguramente no vuelva a cumplir los sesenta años pero que se le ve cascada después de una vida trabajando en la tierra. Me recuerda a gente de mi familia, s'e lo que hablo)

Fue llegar la democracia esa y cambiar la hora. ¿Para qué cojones se cambia? Igual se ahorra y tal, no te digo que no. Pero cuando la cambiaron las primeras veces llegaba tarde al arenal.

¿Cuando empezó el mundo a hablar?

¿Me tengo que creer que porque un hombre de setenta años diga que un animal existió hace 1.500 millones de años eso es así? Pues no. No me lo creo. No me da la gana (puñetazo en la barra).

Un sin parar. Nadie contestaba a las preguntas del otro. Cada uno la decía más gorda.

Después del buen rato, nos montamos en nuestros caballos de metal y salimos rodando hacia Ruidera.

Sin duda, el trayecto es mucho más bonito y entretenido, vamos por la vereda del río  Guadiana que nos llevará hasta el pantano de Peñarroya, custodiado por un hermoso castillo de época medieval que ahora tiene una ermita.





Algunos amigos aprovechan este entorno y se montan un campo de batallas de paintball.


¡Vaya recuerdos de la despedida de Pablo!

Después de pasar un buen rato en el castillo (repleto de turistas) continuamos la ruta donde nos encontramos las primeras cuestas del día. La recompensa merece mucho la pena.




Por fin nos cruzamos a gente en ruta. ¡Dos chicas!

Después viene el descenso y llegamos a las primeras lagunas. Donde nos detenemos un buen rato para hacer fotos. También aprovechamos parra llamar al hostal donde pasaremos la noche.


Mientras estamos parados en la zona nos pasan las chicas que nos habíamos cruzado, van de vuelta a Ruidera. Sin duda, hemos ligado.

Llegamos a Ruidera, disfrutando mucho del paisaje que nos ofrece la zona. Paramos a comer, son pasadas las 16:00. Una hora más tarde ya hemos terminado. Damos un corto paseo por las Lagunas de Ruidera y vamos al hotel.

Ducha, descanso, cervezas y de vuelta al hotel.

El día ha terminado arreglándose. Hoy se me ha hecho más tarde que ayer para terminar estas letras (0:20); espero que esta vez hagamos caso al despertador (despertadores).

viernes, 25 de marzo de 2016

En un lugar de La Mancha, día 1

24/III/2016

¡Que sueño!
Son las 7:07 de la mañana, apenas he conseguido dormir y practicamente no he descansado nada.

Entre las risas de siempre y el ponernos un poco al día; ya que no nos vemos desde la vuelta del viaje por el oeste de Estados Unidos; se nos han hecho casi las doce de la noche y queremos estar rodando a las 8:00. La respiración profunda de Jose indica que ya no hay que le despierte hasta el día siguiente. Han pasado treinta minutos y aún sigo con los ojos como platos.

El dueño del hostal me ha dicho que podía dejar las bicicletas en el hueco de la escalera que hay en la entrada y ahí están. Está claro que es eso lo que no me deja dormir. Tengo miedo que los amigos de lo ajeno vuelvan a robarme mi bici. ¡Hijos de la grandísima puta! Yo nunca lo haría.
Me pongo la radio para escuchar lo que se cuentan los tertulianos de "El partido de las 12" y al ponerse a hablar del juego aburrido del Real Madrid consigo mi objetivo.

¿Qué? ¿Ese ruido qué ha sido?

Son las 3:00 y alguien ha llegado puntual a casa dando un buen portazo. Espero que no se le ocurra acercarse a las bicis. Ahora cualquier ruido me parece sospechoso y no puedo dormirme.

Son las 4:00 y no dejo de escuchar ruidos sospechosos de que alguien pueda estar moviendo las bicis. No me duermo,

Ah, pues sí, lo he conseguido; a pesar del frío que hace en la habitación lo he conseguido, ¡Estoy durmiendo! Y además estoy soñando, me gusta mucho el sueño,

¿Ya?

Las 7:00 y suena el despertador de Jose. Se incorpora y se mete a la ducha. Yo simplemente espero a las 7:07 a ver si en esos siete minutos descanso lo que no he conseguido descansar en toda la noche.


Ya estamos en la calle, nos hacemos la foto de rigor en la puerta del hostal y ponemos rumbo a Campo de Criptana donde encontraremos la típica postal de los molinos. De camino nos encontramos con una loma donde hay cuatro de ellos. Parece que el paisaje promete.



Hemos completado los primeros 16 kilómetros a un buen ritmo, tranquilitos pero dentro del promedio que nos permita llegar sobre las 18:00 a Tomelloso 85 kilómetros después.

Diecisiete kilómetros más tarde llegamos a El Toboso, donde hay un museo cervantino con ejemplares de El Quijote firmados por Hitler o Nelson Mandela, entre otros. Sí algo raro. También se encuentra la casa museo que ambienta una vivienda de la época de la amada de Alonso Quijano. El trayecto hasta el Toboso nos gustó menos.

Despues llegó Pedro Muñoz y ya estábamos hasta las narices de ciclar entre viñedos; pero a la entrada del pueblo teníamos una laguna que nos llamaba la atención. Primer sin sabor de la mañana. Es un parque natural, pero está medio seco, con cuatro aves mal contadas y rodeado de escombros. Además de que la Junta de Castila La Mancha no lo cuida demasiado vemos una vez más que los propios vecinos son los más guarros del lugar.

Los últimos 30 km hasta el final de la etapa se hacen muy aburridos; siempre el mismo paisaje bajo un sol de justicia. Los viñedos y casetas de pozos, la gran mayoría clandestinos, hacen que este tramo sea el más aburrido con diferencia. Igual no sólo la falta de lluvias es el pricipal motivo por el que los humedales de la zona están secos.

En las proximidades de Tomelloso hay varias construcciones que nos recuerdan a las Chozas de la sierra de Crevillente pero estas son más grandes y hay muchas más. Los bombos de Tomelloso.

¡Madre mía que tarde! Son las 0:00; a dormir.

miércoles, 23 de marzo de 2016

En un lugar de La Mancha, día 0

23/III/2016

En un lugar de La Mancha cuyo nombre es Alcázar de San Juan, no ha mucho tiempo que he llegado con las alforjas repletas de ilusión, barba antigua y mi nuevo rocín para recorrer las tierras que aquel hidalgo de los de lanza en astillero y adarga antigua quiso conquistar para su amada Dulcinea,
Del mismo modo que Alonso Quijano iba acompañado por Sancho; aquí ando esperando a José Sol en una más que humilde fría habitación del Hostal Har Numancia.


En un rato llegará, nos preguntaremos que tal nos va, reiremos un rato de alguna de las decenas de anécdotas de nuestras aventuras, descansaremos y a primera hora nos pondremos en marcha por las sinuosas calles de Alcázar de San Juan con destino Tomelloso pasando y disfrutando de las estampas de Campo de Criptana, El Toboso, Pedro Muñoz y Arenales de San Gregorio.

Intentaremos realizar ese recorrido pero como siempre todo dependerá de las ganas y las fuerzas de pedalear, de lo que nos gusten y entretengan las paradas que haremos; en definitiva, de como se nos de el día.